Saints Row The Third: descerebrado y sin sentido pero… ¡me encanta!

Saints Row The Third: descerebrado y sin sentido pero… ¡me encanta!

Si son grandes seguidores y fanáticos de todo lo que gira alrededor del mundo de los videojuegos, estarán de acuerdo conmigo al afirmar que el presente año ha estado lleno de grandes e insignes videojuegos, que definitivamente llenan nuestras expectativas con sus historias envolventes y complejas, complementadas a la perfección con mecánicas jugables innovadoras o gráficos alucinantes con una irrenunciable obsesión por los detalles. Claros ejemplos de esta maestría que ha alcanzado este sector son los nuevos Batman Arkham Asylum, Deus-Ex Human Revolution, Xenoblade Chronicles o el próximo  The Elder Scrolls V: Skyrim. Sin embargo, en contraposición a estas destacadas producciones, he encontrado una que me ha encandilado y a la que estoy siguiendo con muchísimas expectativas en semanas recientes. Es nada más y nada menos que el Saints Row: The Third. ¿Porqué? Se preguntarán muchos de ustedes, y les expongo mi razonamiento a continuación.

Lo cierto es que hasta podría decir que estoy complacido con la relativa poca atención que se le ha dado al nuevo Saints Row. Cada avance, teaser y tráiler parece ser una idea descabellada que algún desarrollador lanzó al aire sin ponerse a meditar si tiene lógica o relación alguna con el planteamiento del juego. Por ejemplo, el otro día vi que había cierta porción del escenario que había sido modelada siguiendo lo mostrado en la película Tron. Y quizás lo más hilarante de todo es que en un inicio no controlamos a un personaje sino a un ¡inodoro! Yo la verdad no le veo mucho sentido a todo esto, pero me parece de lo más divertido.

Entiendo que el juego no pretende innovar en ningún aspecto, ni ofrece ese tan exigido impacto emocional que muchas veces le pedimos a un videojuego. Y es justamente eso lo que más me llama en Saints Row: The Third, pues su premisa parece partir de una simple pregunta ¿es divertido? Y partiendo de eso, yo me atrevería a decir que este título podría fácilmente ser la gran secuela espiritual del inolvidable GTA: San Andreas. Incluso por encima del GTA IV, que a mi juicio perdió parte de su magia al mostrarnos una experiencia en la que el cinismo y la ambigüedad moral eran protagonistas. Desde un principio la influencia del antes nombrado es clara: diversión y sin sentido:

Algo que es innegable y que le ha dado mucho valor a este tipo de entretenimiento en años recientes es la búsqueda de aventuras y temas mucho más maduros. Está claro que los juegos de ahora esconden tras de sí historias mucho mas sesudas que las de antaño. En Gears of War somos protagonistas de la aniquilación de la raza humana que se encuentra en una interminable batalla por conservar su existencia. En Call of Duty somos parte de un cuestionable y controversial tiroteo de civiles en un aeropuerto. Incluso el mismísimo Portal, basa gran parte de su historia en un ente homicida, controlado por inteligencia artificial, cuyo único objetivo parece ser el de destruirnos.

Inclusive todo el movimiento indie, que ha tomado tanta fuerza en los últimos años, son los defensores más grandes de videojuegos mucho más cercanos al concepto de arte y creo que gran parte de su éxito justamente se debe a este enfoque.

Pero por otro lado, es refrescante ver de vez en cuando una producción que carece de motivos, mensajes, significados y ética. Siempre he entendido a los videojuegos como una válvula de escape y creo que es totalmente válido que seamos parte de un mundo que carece de problemas existenciales, en el que la única premisa es la de divertirnos sin mayores cuestionamientos. Espero que no me malentiendan, este blog ha sido y será siempre un defensor de experiencias más artísticas, innovadoras y que aborden y exploren nuevos temas. Y creo que afortunadamente hoy en día contamos con un muy fuerte movimiento en ese sentido y me alegro por ello.

Tal vez la gran “moraleja” de estos párrafos viene dada por el hecho de que a veces lo único que buscamos al encender nuestras consolas es pasar un momento agradable y divertido, pues como decía antes, la magia de un videojuego justamente radica en esa cualidad de hacernos escapar de la realidad y mostrarnos un mundo que no necesariamente tiene que ser algo con moral y ética de por medio. Quizás esta sea la principal razón por la que el nuevo Saints Row me resulta tan atractivo: su radical alejamiento por las leyes que rigen a la sociedad y su apego por mostrarnos una visión transgresiva de la misma.

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