La historia del videojuego está llena de grandes y recordados enemigos que desde siempre han sabido mostrar la cara más oscura y sombría del ser humano o la de sus creadores. Desde Kefka, Giygas y Ganon, pasando por GlaDOS y SHODAN, la maldad ha sido encarnada por sujetos o entidades que han sabido interpretar su papel a la perfección, y sobre en quienes hemos visto reflejados nuestros mayores miedos. Pero a la par, existe también un personaje, cuya maldad no conoció de límites, y que con su característico bigote se ha convertido en antagonista recurrente en varias producciones a lo largo de los años. Y nos referimos, por supuesto, a la figura de Hitler, que ha sido tomada para personificar y despertar ese sentimiento de odio por parte del jugador.
Desde tiempos de la Segunda Guerra Mundial, el ejército nazi ha sido visto como el enemigo a vencer, despertando menos simpatía que los zombis, tan de moda hoy en día. Pero incluso saliéndose de la temática bélica-histórica, Hitler posee esa innegable maldad interior que despierta el interés del aficionado, pues en el fondo todo el mundo quisiera desenfundar su arma y encajarle un balazo a tan vil comandante.
La historia electrónica de Hitler da inicio en 1984, de la mano del videojuego Beyond Castle Wolfenstein. Si bien el nombre clave «Wolfenstein» luego se volvería mundialmente famoso por los juegos en primera persona, la saga original se decantaba mucho más por el sigilo. Inspirado por los sucesos de la famosa Operación Valkiria, el jugador debía infiltrarse en una base secreta para luego hacer explotar una bomba que acabaría con la vida del Fuhrer. Y si bien los pixelados gráficos de la época no hacían fácil distinguir a Hitler, este sería su debut, como el gran enemigo del título.
Años después la marca Wolfenstein volvería a la carga con su Wolfenstein 3D, en el que los jugadores nuevamente debían enfrentarse al Fuhrer, aunque en esta ocasión id Software se había tomado ciertas libertades creativas al momento de darle vida. Luego de atravesar cada uno de los corredores del castillo Wolfenstein, finalmente el jugador se enfrenta cara a cara con una versión robótica y mecanizada de Hitler. Con sus metralletas y su intimidante armadura, este mecha-Hitler se convirtió en su aparición más famosa, aparte de cerrar con broche de oro un legendario juego. Incluso luego de dejarlo sin su armadura, este personaje ofrecía una dura lucha, pues nunca se despojaba de las metralletas adheridas a sus brazos. ¿Cuál era la recompensa luego de tan ardua batalla? El ver al líder mientras se derretía en un montón de viscosidad nazi.
Mientras tanto, al otro lado del mundo, Japón tampoco quería perderse la oportunidad de acribillar al extinto lider nazi. Es así que Hitler tuvo algunas apariciones como villano principal, aunque casi siempre se terminaba perdiendo en las idas y vueltas de las traducciones. Claro ejemplo de esto fue el uso de su imagen como el principal antagonista en Bionic Commando para NES, que salió en 1988. Incluso el título original en japonés hacía una clara referencia pues rezaba: «La resurrección de Hitler: ultrasecreto». Sin embargo, las esvásticas fueron removidas y su nombre fue cambiado a Master-D, antes de que pudiera desembarcar en Occidente. Pero a pesar de esto, quienes avanzaron hasta el enfrentamiento final, recordarán su sangriento final, que increíblemente se había salvado de la tijera de la censura, permitiendo al jugador encajar un último impacto directamente sobre la cara de Hitler.
Su siguiente papel sería en el juego Golgo 13: Top Secret Episode también para NES y nuevamente retratado como un cyborg. Tal como en el caso anterior, su nombre fue alterado, llamándose Smirk, pero sus rasgos faciales nuevamente lo delataban. Y los jugadores de seguro recordarían esa maligna cara, pues la fase final del juego nos ponía frente a un sinfín de sus clones, cuyas cabezas salían despedidas por los aires al momento de eliminarlos.
Similar destino seguiría la saga Persona, pues en su segunda entrega (Persona 2: Innocent Sin) el aparecimiento de Hitler impidió que el juego salga de las fronteras niponas. Cuando el juego finalmente salió a la venta, pero esta vez en la consola PSP, la censura había cambiado las esvásticas por cruces de hierro, Hitler llevaba ahora gafas de sol y capa y nadie se refería a él directamente por su nombre sino simplemente bajo el alias de Fuhrer.
Otro interesante giro que se le dio a la figura del extinto líder nazi vendría de la mano de Command and Conquer: Red Alert. En el título, el mismísimo Albert Einstein viaja atrás en el tiempo con la intención de borrar a Hitler de la historia, valiéndose de un apretón de manos que lo exterminaría de la faz de la Tierra.
Una saga muy famosa en estos días, Assassin’s Creed, también ha hecho referencia al Fuhrer, ofreciendo otra notable vuelta de tuerca. De acuerdo con un glifo que aparece en un momento puntual, el personaje en cuestión formaba parte de los caballeros templarios. Su inminente muerte, en lugar de atribuirse a un suicidio, le da crédito a los asesinos que finalmente fueron quienes terminaron con su proyecto expansionista.
Pero si existe una historia, cuya realidad alternativa retrata a Hitler como nunca antes se había visto, es en el juego Operation Darkness. Aquí dicho comandante invoca poderes ocultos que le permiten escapar de la muerte, a la vez que se le otorga la capacidad de invocar a un ejército de zombis y vampiros. Para la batalla final, el Fuhrer debe ser exterminado en algunas oportunidades, e incluso llega al punto de invocar a un dragón en un intento desesperado por evitar su ineludible final.
Como hemos visto, Hitler ha sido un personaje retratado recurrentemente a lo largo de los años. Su figura ha sido manipulada intencionalmente y a través de medios artificiales tales como la robótica, la magia, o la clonación. Pero estas transformaciones solamente lo hacen ver un poco más caricaturesco, si cabe. Y es que por más dramáticos que sean estos cambios, sus acciones nunca se acercarán siquiera a la magnitud de lo acontecido en la vida real.
Muchas veces los videojuegos son criticados por limitarse a ser una forma de huir de la realidad. Claro que este no siempre es el caso e incluso a veces la misma realidad puede convertirse en una magnífica fuente de inspiración. Y para el caso que nos compete, el hecho de llevarse por delante a un personaje como Hitler puede ser un ejercicio catártico. Es quizás la única manera de sentirse útil frente a las tragedias reales que Hitler causó a la humanidad.
Lo de Hitler en los videojuegos es un tema serio allí en Alemania donde vivo. Si su aparición es dentro de un contexto histórico y justificado, no hay problemas. Pero por lo demás, suelen ser muy restrictivos por la censura. Aún recuerdo cuando cambiaron la animación de un Pokémon porque hacía el típico saludo a Hitler…
Por cierto, eso de que Hitler llame a una horda de zombis me ha resultado curioso, aunque no muy impresionante. Supongo que porque en estos tiempos hay zombis en todas partes… Pero que invoque dragones es un puntazo. XD
ufff ni que lo digas, para los alemanes definitivamente sigue siendo un tema muy pero muy serio. por suerte creo que con el tiempo el tema se ha ido descomplicando un poco. pero como menciono en la entradam hay muchos ejemplos de cómo la censura cortó ciertas partes por aludir a susodicho personaje.