Nunca he pensado en autodenominarme un jugador casual, pues llevo la mayoría de mis años jugando y disfrutando de esta mágica afición llamada ocio electrónico. Pero no voy a negar que en ocasiones me parezco a uno. Les explico, pues sucede que con el pasar de los años, el tiempo libre, potencialmente dedicable a los videojuegos, parece encogerse de manera crónica. Sin embargo, y en oposición a la afirmación anterior, hoy en día vivimos una época en la cual las posibilidades de jugar abundan por doquier. La contradicción es evidente.
Me ha pasado también que en semanas recientes he retomado un pasatiempo que lo había dejado olvidado tiempo atrás: los videojuegos portátiles. Y si bien no lo hago desde una consola portátil como tal, muchos estarán de acuerdo que las plataformas móviles de hoy en día se siguen acercando para ofrecer una experiencia similar. Uniendo estas dos premisas es que nace el razonamiento que les expongo a continuación… Sigue leyendo