Cuando la consola de sobremesa más reciente de Sony salió al mercado, de inmediato se construyó una notable comunidad a su alrededor, formada en su mayoría por investigadores y hackers que buscaban hacer algo más con el poderío que guarda la PS3 en su interior. Los primeros meses de vida del sistema estuvo lleno de sorprendentes descubrimientos que lamentablemente fueron cortados de raíz cuando su fabricante decidió cerrar las puertas a dichas modificaciones, alegando, como siempre, posibles inconvenientes con la piratería. Sigue leyendo