De seguro muchos de ustedes estarán familiarizados con esta expresión anglosajona que se originó dentro de la industria musical y que se usa para referirse a aquellos artistas que, por diferentes motivos, solo fueron capaces de popularizar un único éxito, fracasando en su intento de replicar dichos niveles de popularidad. Extendiendo este concepto al sector del ocio electrónico, también es posible encontrarse con ejemplos de estudios desarrolladores que pasaron por una experiencia similar.
En una industria tan competitiva como la de los videojuegos, realmente son contados los casos de compañías que han sorprendido gratamente a los aficionados con algún producto de alta calidad, para luego caer en el olvido al no lograr mantener dicho nivel de excelencia. Los elegidos, como siempre, tras el salto. Sigue leyendo